El triste
Un hombre de sueños eternos y mirada triste,
con los ojos apuntando al cielo y el estima por el suelo,
con ganas de todo pero sin nada y cansado
por el diario va y ven que termina sin consuelo.
Con todo en el pecho pero sin nada en los hechos
que cada vez son más crudos y crueles,
que cada vez se vuelven más duros los golpes,
se vuelve más común el sentir que no me gano algún lugar .
Siempre solo, fuera de contexto, fuera de tiempo,
por tanto dar se me olvida el recibir
y cuando busco no encuentro lo que esperaba,
al sentir necesidad de compañía y no tener respuesta.
Ya son tantas letras del sueño que un día llegó
y hoy he vuelto a ser el triste escritor que fundó,
el mismo loco hablador que encuentro al final del llanto
y mis brazos vuelven a ser el único consuelo que me ayuda.
Nelson Quintero G.
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