Alejandra

Alejandra,

Amor que siempre soñé,

imploré encontrarte noche a noche,

te dibujaba en mis historias sin conocerte.

Mi cuerpo desborda sentimientos al mencionarte

y no podía escribirte sin temblar, 

sin cuestionar de cuantas formas podré decir que te amo.

Este será otro poema,

otra forma de comprimir todo este amor,

y que lentamente, suavemente pueda llegar a tus ojitos,

como el viento de la mañana.

Un amor que cambió el concepto de amar,

con esa luz que no sabes explicar,

que no hay forma de expresar, de compartir.

La mujer que hizo ver mi vida pasar desde el primer segundo,

que vinculó mi alma con la suya, 

que me hizo llorar al escribir sobre su corazón de papel 

los versos más hermosos del mundo.

Y cuando caigo, por que he caído fuerte, ahí estará,

sonriéndome, como luz de día,

como la misma muerte, inseparable de mi vida,

pero con una bolsa cargada de sueños e historias.

Así es ella,  mi compañera,

la mujer que cambió mi forma de vivir,

hoy se más del mundo por que su salud es mi fortuna.

Entre nuestra vida hay dos vacíos,

uno antes de nacer y otro después de morir,

conocerte los ha llenado todos.

Así como mi amor por ti.

Nelson Quintero González.