Luces de misterio.

Bella, la única luz de mi habitación,

prometió quedarse para hacerme compañía,

es mi esperanza, mi guía, mi adoración.

Cálida, en mis días fríos me abrazas,

paciente, entre las largas distancias me esperas

y cuando el sol se esconde nunca llega la noche.

Silueta de azúcar, dulce y venenosa,

tus líneas, como retratos en mi memoria,

se reproducen como conejos de campo.

Misterio que me mantiene vivo,

tu presencia es mi hogar y mi alimento,

tu voz, tu viento son la madre de estos sentimientos.

Postrado bajo tu mirada me paso la vida

y el tiempo que no perdona se vuelve intenso,

se vuelve enemigo de nuestra historia.

Cada letra, cada momento,

cada historia callada,

que en algún lugar conservo dentro de...

 mi corazón.

Nelson Quintero González.