Novela. Relicario de mi juventud. Capitulo I.

Relicario de mi juventud.

Capitulo I.- Perdido.

Caminaba por un oscuro parque en el invierno del 2015, el frio golpeaba mi frente pero mi abrigo me cubría lo suficiente para no temblar. El eco de mi pensamiento retumbaba y eran muchos los caminos que podía tomar.

Mientras caminaba por aquel oscuro lugar mi mente buscaba respuestas, buscaba motivos para dar rumbo a mi vida, trataba de buscar un pretexto para saber que mi destino iba por el camino correcto. No había personas a mi alrededor, éramos mi pensamiento y yo, dos viejos amigos que se juntaron a platicar y a tomar decisiones importantes para seguir con vida
El frio arrecia y mi paso seguía constante, decidí comenzar a trotar, cuidaba mi camino, tal vez un bache podría tumbarme y herirme, hubiera sido un desafortunado desenlace para aquel día. 

Recapitulaba los fracasos de mi vida en cámara lenta, cada uno de ellos, como espinas que se acabaran de clavar en mi alma y dejaran huellas permantentes que jamás me dejarían volver a ser la misma persona de antes. Es una lastima perder la inocencia y dejar de ser un niño ingenuo que solo se preocupa por irse a dormir temprano, por pasear en bicicleta y jugar con sus amigos.
No puedo olvidar el momento en que mi alma se partió en mil pedazos para repartirse en pequeños trozos a la gente que quiero, muchos pedazos de mi alma se llenaron de corrupción por la gente que no me quizo valorar, toda esa gente que abusa de un amigo, todas las mentiras, las traiciones y las falsedades.

Fué toda una búsqueda para encontrar esos pedacitos de mi vida y lo más difícil es tratar de limpiarlos, tratar de restaurarlos como una vez fueron, con todo ese cariño, con toda la inocencia.
Un hombre como yo ha hecho de todo, el cielo es testigo y mi amiga la conciencia ha estado presente en todo lo que hemos recorrido para llegar a este nivel de pensamiento que nos ha dejado cicatrices y heridas muy dolorosas.

Mientras corría por el parque mi mente pensaba en todo, mientras todos mis conocidos estudiaban yo sentía que estaba varado en un mar de errores, dejé mi escuela por que descubrí que no sentía pasión por lo que estudiaba, a la última mujer que le dí mi confianza en ese entonces me traicionó con su mejor amigo, mis amigos me buscaban cuando necesitaban algo de mi pero no para darme su apoyo, cuando yo más lo necesitaba. Mis padres me miraban con desepción y preocupación, la gente me miraba como ven a un perro enfermo de moquillo, con lastima pero desde lejos.

La ironía de mi vida es que los amores del pasado me siguen buscando con el pretexto que he sido el mejor amante que han tenido, sin importar lo golpeado que me dejaron, eran todas mentiras y falsedades.
Regresé a mi ciudad con un saco lleno de experiencia, sabiduría y recuerdos.

Me sentía el hombre que no tiene un lugar en este mundo, un náufrago en una isla en la luna, viendo a la tierra girar, como una estrella sin luz.
Comenzaba a sudar, mi trote era constante, recordé el tiempo en que visitaba al doctor para saber mi estado de salud, cuando consideraba que tenía una vida normal. En esa temporada tuve una novia que me amó, literalmente conocí el amor y lo que significaba, la inocencia de mi adolescencia y los incontables errores que cometí, caí bajo las garras de la vigorexia y también pasé por los nubarrones grises de la confusión, rompí el corazón de aquella muchacha al entregarle un regalo que le pertenecía y se lo dí a otra persona, a una equivocada, por un coraje vacío. 

Con el tiempo me di cuenta que su manera de tratarme no fué madura y que de igual forma le fallé, pero era muy jóven para sentirme tan viejo.
El doctor que visitaba me trataba semanalmente, fueron requisitos nada más, no aplicaba ningún tratamiento en mi, solo era para verme y ver que mi vida estaba bien. Mi vigorexia la curé cuando dejé de acudir al gimnasio y me centré en cosas más cálidas, mi familia.

Después de la ruptura con mi primer novia me gradué de la preparatoria y emprendí camino a otra ciudad, una nueva vida llena de oportunidades. 
La ciudad me dovoró como devoran las hienas en la savana, en multitud me cazaron y me hicieron pedazos, toda mi grandeza y mi brillo se redujeron a cenizas, me escupieron y me humillaron, me hundí en el titanic sin conocer amor. 

Sin duda ha sido la experiencia más grande que he vivido y le agradezco a dios que me enseñó todas esas cosas, creó en mi un templo y me dotó de cosas que nadie tiene, me llené de pasión y de carácter, vi mi vida pasar por mis ojos. 
Volvió mi pensamiento a la realidad y mientras corría más rápido pasaba el tiempo y  también la luz se reducía. Aumentaba el olor a brisa que rondaba por el camino y mis desiciones seguian buscando una respuesta para dar el siguiente paso. 

Fin del primer capítulo.
Nelson Q.
 

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