Caballero de armadura dorada.

Acompañame hasta donde pueda llegar.

En la lejanía mire una brillante armadura dorada, 
el paso del caballero era constante, se acercaba,
la luz del sol se intensificaba al avanzar de los segundos
y al verlo a la cara era mi rostro reflejado.

En el bosque del misterio las almas se pierden,
los sueños se transforman en recuerdos
y los sentimientos se personifican
para ser fiel compañeros de aventura y consejeros.

Brillante armadura y postura de guerrero,
corazón noble e instintos de un educado caballero,
con un silbido llamó a su negro y musculoso corcel.
Cosas que mi mente no olvidaría.

Cabalgué con el caballero días y noches,
el camino era como la vida
altas y bajas, bello y hostil,
y al final encontrar el castillo.

Dulce princesa que te escondes en el misterio
no puedo entender de amor en esta vida,
pero si tu quieres, quiero yo.

Aunque sienta mi alma frio y carezca de poesía,
aunque me pierda en pensamientos y me encuentre
divagando en la memoria y mis lágrimas caigan,

Princesa de cuentos y caballeros, 
al regresar con la historia me di cuenta
que la armadura era mia y el caballo mi mejor amigo,
 el castillo tu casa y mis manos mi espada.

En este mundo que va no entiendo la vida,
me quedo en los intentos y aunque siempre quiera
no te puedo rescatar.

Mi figura ha cambiado como las noticias en la televisión 
pero mi alma sigue ahí, cubierta con la dorada armadura.
El caballero se esconde entre paredes de acero, se esconde de
las damas que en estos días solo ven el cascaron,
la belleza que se refugia dentro de mi cuerpo para que no la vean, 
como la luz del pensamiento.

Se esconde para ser compartida solo para una,
como la espada de escálibur.
La gloria de la inmortalidad  acecha en mis recuerdos mientras duermo,
y el genio me dicta los versos para plasmarlos en papel.

Recuerdo el reino y recuerdo al rey,
recuerdo las reglas y recuerdo ser fiel,
la lealtad que tatuamos al nacer,
la palabra que hace al hombre.

Seguiré cabalgando hasta encontrar arena,
para perderme en el mar y disfrutar a una sirena
que arranqué el perfume de sol y azahar
que me haga sentir, que me haga bailar.

Con qué pasión me enamorará y seducirá,
con qué veneno agonizaré gritos de placer,
un dulce dolor que hace olvidar,
el mismo veneno que rejuvenece,
con joyas y oro la llenaré para que aprenda
que no hay cosa en este mundo
que sea más bello que un corazón.

Nelson Q. 

Arte:

 La peinture




El caballero dorado, la vida es lucha. (Klimt, G., 1903).

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