Viajero constante.

Abrazado por la soledad viajero constante,

libre como el viento que toca las puertas

con tu maleta vacía llena de recuerdos

pero con las manos entrelazas los momentos.

Olor a tierra mojada del bosque en otoño,

el viento lo saluda rosando sus mejillas

y volteaba hacia el cielo y apreciaba las estrellas

por mucho que pasen los segundos y los días.

Tan libre de penas que olvida los rostros

de todos aquellos que cruzan su  camino,

sigue caminando escribiendo el destino

que te lleve a la aurora al final del ocaso.

Espero algún día volverte a encontrar,

tu singular alegría puedas compartir.

Sobran las historias que tienes por contar

y me sobran las ganas para platicar.

Nelson Q.