Cartas y poemas.

Mis lágrimas se escapan para caer al suelo,

no creía posible tanta alegría,

tus palabras se clavaron en mi centro

para conmoverme en lo más dulce de la vida.

Eres, todo lo eres, tu aroma se queda en mi memoria,

estoy queriéndote decir a mi manera

que te quiero junto a mi todos los días que me quedan,

recorrernos el mundo y tomarte fotos bajo la luz de las estrellas.

Te quiero adorar eternamente

y adornar tu nombre en mis poemas,

teniéndote cerca me siento con suerte

al poder perderme de nuevo en tus siluetas.

Me tienes, solo para ti, me tienes,

estoy tan feliz de ofrecer mis brazos

y que sirvan de algo para lo que viene,

que nada es lo mismo si no veo tus ojazos.

Soy el hombre más feliz del mundo

y tu eres la niña de mis poesías,

me haces vivir un cuento en fantasías

que de verte mis suspiros vuelan como el viento del mar.

Te miraba en la escuela a través de la ventana

y soñaba con tenerte algún día junto a mi,

en mis sueños lentamente te besaba

y tus labios murmuraban que yo soy para ti.

Llegaste a mi para abrir mi pensamiento

y darme cuenta que diariamente te he querido más y más,

que no existe pena o aburrimiento

cuando vuela el tiempo mientras reímos viendo camiones pasar.

Te adoro con todas las fuerzas que el alma me da,

me haces sentir como un niño pequeño cuando me abrazas

y como se que la vida rápido se pasa, te susurro todo lo que aprendí

para que nunca pases por las cosas que alguna vez viví.

Por que hoy y mañana te quiero siempre junto a mi.

Niña de mis poesías, Alejandra.

Nelson Quintero González.