A dos centímetros de tus labios.

Desde la primera vez que te vi...

desde entonces estoy enamorado.

Eres la niña más hermosa que existe

por dentro y por fuera, no puedo mentir.

Si te pudiera abrazar y disculparme, te diría

que soy tonto al intentar conquistarte con una sonrisa,

 tonto al pedir que me guardes dentro de tu corazón

cuando el amor siempre llega sin explicación.

Me gustas tanto... vibro por ti, mi alma trasciende,

me pones inquieto, eres droga y mi remedio,

le pedí a dios un pedacito de cielo y me puso en tu camino

o tal vez tu pediste un hombre que te ame con respeto y no me has visto.

Jamás dejaré de nombrarte y me permites jugar a soñarnos.

La vida tan pasajera la disfrutaría solo contigo

y hoy que me siento tan solo, te daría de mis caricias tan definitivas,

como la vez que te besé a dos centímetros del paraíso.

Bendita mujer, no te puedo arrancar del alma,

tu hermoso cabello negro, tus lindos ojos,

eres mi tortura placentera, ya ven, te quiero adorar

sin perder el equilibrio y me tengas de por vida.

Y al final, cada que me voy, vuelvo a despedirme,

vuelvo a acariciar tu piel con mis labios para alejarme,

para volver a imaginarte conmigo y terminar en ese sitio,

terminar de nuevo con besarte a dos centímetros de tus labios.

Nelson Q.