Esclavo.

Esclavo de mi pensamiento al pronunciar tu nombre,

soñando ser el hombre que te haga vibrar en la noche.

En la infinita posibilidad de las cosas que pueden ser,

seamos, tu y yo, siempre una combinación hermosa.

En mis cartas esta rosa, este regalo que desenvuelvo con letras

para que lentamente entiendas lo que vales, lo que proyectas.

En el cajón de mi ropero te guardo un espacio, 

mientras hago despacio pequeños regalos,

 pequeños detalles que salgan del alma

y perder la vergüenza que nos impide hacer las cosas.

A diario te llevo palabras hermosas, tal vez no sepas lo que ven mis ojos

sin nunca perder los antojos que brotan al estar contigo,

de abrazarte y brincarnos la frontera de ser amigos

para esperar ansiosos que llegue la noche.

Te esperaré bajo estrellas infinitas, unas mueren y otras nacen,

así son mis palabras que a diario viven o mueren,

como el fénix renacen para volver a adornar tu nombre

y al final, mis poesías muestren nuestro paraíso.

Nelson Q.