La ironía de cambiarle el sabor al amor.

La ironía de cambiarle el sabor al amor.

Entraste a aquel salón y tus ojos me miran desde lejos,
cruzamos miradas como si el destino nos hablara,
me clavo en tu mente como pensamiento, el silencio abunda en el espacio,
curioso azhar de la ruleta, entre más avanza el tiempo más es el misterio
del porque de tu mirar me ha capturado.

Eres un misterio por donde caminas, nosé tu proceder y eso me aterra,
te otorgaré un apodo mientras tanto, la fruta prohibida de la tierra.
Tu lunar junto a tu boca me empalaga, dulce miel de la discordia,
las miradas sin embargo se conectan como el rio hacia el mar en su morada.

Un día te vi salir de tu destino, caminabas a la luz de aquel ocaso,
yo sentado admiraba mi presente mientras la suerte se ponía de mi lado,
al verte caminar me animé de valor para preguntar tu verdadero nombre,
ya no quiero pensar más en el apodo, levantaste la mirada que empalaga,
y tu nombre resonó como el tronar de dos campanas.

-No tengo interés en caer en tus encantos, le dije sin pensarlo.
Soy bastante sabio para comprender, si el amor hablara con el parpadeo de unos ojos, me enamoraría de las luces al anochecer. Si el destino me hizo conocerte también nos puede separar, bastantes cariños he perdido y no voy a caer en tu suspirar, el amor una vez encontré y le di mi vida sin pensarlo, en un acto de amor juré lealtad, te lo diré directo y de una vez que por tu lunar no lo pienso traicionar. (De verdad me di cuenta que el destino quería volver a engañarme en esos juegos del amor, pero yo no pienso traicionar a mi persona y cambiarle sabor al amor, me di cuenta que el amor existe y que puede durar para siempre, las personas que quieren traicionar a su corazón pueden correr al ocaso con la persona que quiera, pero yo no, yo aún sigo mis ideales).

Si el destino me hizo pedir tu nombre, en la trampa del amor quiere que caiga,
es más sabio el que observa la trampa  y con astucia da la vuelta para retroceder.
En la espera seguiré de su regreso, de aquel amor que su sabor me ha fascinado, aquellos ojos verdes que juraba que eran mios, no pienso cambiarle el sabor a mi cariño, yo seguiré siendo suyo.
Que no pienso tomar otro camino,  no creo en cariños pasajeros, mientras su recuerdo siga presente dentro de mi piel. 
Ella partió porque el tiempo no es mi amigo, sus jugadas son muy duras contra mi
y la vida que quiere seguir dandome esperanza pero yo no quiero encontrarla en un nuevo corazón.
Yo la esperaré aunque la vida me castigue con miradas de discordia y labios de deseo, los voy a tener que declinar.
 
Entonces volviendo a ti niña que con la pena te expliqué de mi vida, gracias por decirme tu nombre, pero ahora puedo entender que no es lo mio escuchar al destino y seguir tus pasos por el ocaso.

Nelson Q.

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