Inocencia.

Comencé el viaje de quererte... de quererte a escondidas,

te hice un altar, te miraba en las subidas,

te extraño como extrañan las noches a los días

con la belleza que tiene la luz de las estrellas.

Te veo en todos lados, me sigue tu recuerdo,

te lo juro que estoy hipnotizado, tal vez de tu alegre inocencia

o tal vez sea tu presencia la que me deja sonrojado, querida.

Haces de mis lunes viernes y llenas los domingos de aventuras,

hermosos paisajes coloridos con soltura, sin discriminar figuras,

sin seguir patrones, con la espontaneidad de la lluvia sin aviso,

barriendo la tristeza por el tupido encuentro con las gotas.

Te vi de lejos e idolatré al instante lo hermosa que es tu sonrisa,

tu silueta sigue tatuada en mis ojos,

tu personalidad tan linda como en los cuentos

 me hacen vibrar al compartir nuevos momentos.

Susurra mi nombre cuando el pensamiento de amores toque tu puerta,

que se atreva el sonido a llegar a mis oídos para contrarrestar mi afrenta

y lejos del pensamiento de soledad encuentre amor, que nunca me arrepienta

y seguir insistiendo... seguir aprendiendo nuevas formas de adorar.

Nelson Q.