Verania.

He decidido bajar mi vuelo y escribir, me elevaste a lo más alto,

 postré la mirada en tus ojos... desde entonces no he parado.

 Vernos fue suficiente, sentí que tu alma me hablaba,

susurraba despacito, como no queriendo, hasta que sentí que te necesitaba,

 desde entonces voy y vengo, desde entonces te convengo, desde entonces soy otro...

Nuestra historia trasciende, como vuelo de rosa, como la marea...

 nos arrastró como náufragos a la orilla, llenos de luz, llenos de vida,

perdidos en el diferencial de la realidad y un sueño que cobra sentido junto a ti,

sedientos, sentados en la arena, bebiéndonos los besos para no morir ahora.

Soy tu fuerza de pensamiento y tu eres mi mar de dudas, por que me dejas pensando,

me dejas buscando nuevas formas de llegar a ti, de dejarte algo único, algo que no existía,

algo nuevo, incomprensible, que no parezca real pero sea eterno, que provoque nuevos sentimientos, que tengan coraje de verte y envidien tu nombre, que no exista oro en el mundo que lo pueda comprar ni otras manos que lo falsifiquen, que sea nuestro y nada más, que nunca deje cicatrices.

Mis poemas son como el suave vino, su sabor crece con el pasar del tiempo...

al igual que tu belleza, me asfixia, me ahoga, no puedo verte tanto,

ten piedad de mi, que soy tan fuerte como tu quieras que sea

pero nunca seré indispensable, soy solo un pez en el río,

soy  el hombre que escribe un sentimiento.

Y bajo todas estas estrellas encuentro su luz incomprendida,

luz que recorrió millones de años para llegar a mis ojos,

de una estrella que muy posiblemente este muerta,

que vivió para iluminar mi soledad y dejar el recuerdo más bonito,

así es mi forma de vivir también...

Nelson Q.