Luna de cristal

Luna de cristal.


Ese rayo de luz que por primera vez entró en mis ojos, ese momento donde se concibe la conciencia, la vida en su máxima plenitud, las palabras pierden significado y el tiempo marca los recuerdos. A través de mi juventud muy pocos  momentos marcan mi memoria, la mayoría de mis recuerdos son solo bagajes de momentos que viví, muchos de ellos felices en compañía de mis seres queridos. Aún así, son pocos los recuerdos que puedo concebir con exacta claridad. La memoria es fiel compañera de vida y los recuerdos las fotos vivientes de lo que pasó.

Hay cosas que de manera inconsciente no podemos olvidar, por ejemplo el sol, el mar, las estrellas y los seres que amamos, pero, como todo en la vida, siempre hay una excepción.

Relacionar un sabor con un ingrediente o el olor y algún alimento es cotidiano, las experiencias extraordinarias como la vida pasan sólo una vez, así de extraordinario ha sido el revivir la experiencia que tuve al conocer el amor y abrir mis ojos por primera vez, luna de cristal.


En nuestro sistema solar existe un sol, el centro que hace que todos los planetas bailen en armonía y que todos nosotros podamos vivir, a lo largo de mis estudios se me enseñó que sólo existe una luna en nuestro planeta, nuestro único satélite y que gracias a ella se forma la marea del mar, la tierra es famosa por ser tres cuartas partes agua, entonces la luna tiene control del mar sobre tres cuartas partes del planeta, así de impactante es su influencia para que este mundo esté en equilibrio. Ahora, después de tanto, sé que no es así.


En el mundo que conozco hay dos lunas, un sol y muchas preguntas . Mi cuerpo es agua, es el mar y existe alguien que es algo más, alguien que ejerce una fuerza sobre mi, una fuerza que no se puede ver, sus ojos son estrellas, su cuerpo es la otra luna que mi memoria condena. Con un solo movimiento el mar que hay en mí se pone a temblar, su cuerpo es tan delicado, tan real, mis brazos solo detienen su grandeza, es tan curioso como algo tan pequeño puede ejercer tanta fuerza sobre otro ser igual de pequeño, jamás se logrará ejercer una fuerza igual sobre alguien sólo por el hecho de ser bello porque hasta la belleza cansa, una fuerza invisible que el ser humano no puede ver, entender, estudiar, solo se puede sentir.


En un mundo donde el tiempo no se detiene, donde el viento corre y la materia pesa. Un mundo que se rige por leyes universales pero a pesar de todo, no puedo medir el tiempo cuando estoy con ella. La física no tiene ninguna fórmula sobre el destino y la coincidencia, dios tampoco la dejó escrita, no me he ganado la lotería ni tengo la vida que cualquier persona ambiciosa busca, sin embargo, siento que soy feliz sólo con verla, me siento completo, a pesar que mi conciencia sostiene con firmeza que la felicidad depende de cada quien y que para ser feliz no se depende de nadie más, soy feliz sólo con verla.


Una analogía de su persona y mis sentimientos plasmados aquí. Se pierden los adjetivos y las palabras cuando la trato de describir, en otras palabras, es la luna que rige la marea de mi cuerpo, sus ojos son de color café oscuro, lo curioso es que brillan como el sol. Es la luna, es el inicio, el hecho de que su sonrisa brille y me ilumine el camino hace preguntarme cuando es noche y cuando es día porque su luz es igual de brillante que el sol. Siempre ahí, cuando la veo y cuando no, trabaja duro por el día y si es necesario también por la noche, una guerrera que no cambia la postura ante la adversidad y se ensucia sus manos y sus pies, la que forja su talento como subir una escalera y si llueve sigue subiendo, es la semblanza de la roca que termina en un diamante, resumido, un ángel transformado en mujer.


No hay canción, poesía ni palabras para describirla. Las canciones van y vienen, las poesías pierden versos con el tiempo, los músicos pierden esencia al repetir el significado de una melodía. Se merece algo que va mucho mas allá de mis palabras, algo que no olvide nunca, se merece algo como el sol. Uno que ilumine sus mañanas, que seque la lluvia en su caminar, algo que sienta desde que amanece y que extrañe al anochecer, ese que se extraña cuando hace mucho frío y que no importa si te duermes o si cierras los ojos, no importa que pasen cien años, lo que importa es que jamás lo olvides.


La mona lisa comenzó con un trazo del pincel, al principio fue una obra sin sentido hasta que se llegó a su final, mis palabras son mi obra maestra que cobrará sentido hasta el final, ella es mi lienzo y mis ser es un pincel. No viví hasta que la conocí.


Nelson Q

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