Pintura sin comprender.

Fuiste la obra de arte que nadie comprendió, el lienzo en blanco que con trazos imperfectos logró ser la obra que para muchos no tuvo sentido, a los ojos del artista eres su obra más importante, tus trazos cuando los vuelve a ver lo hacen llorar, le recuerdas ese sentimiento de haber probado la gloria y después como agua entre sus dedos perderla. Su gama de colores varía desde el ocaso hasta el anochecer, fuiste la obra que le tomó al artista noches de desvelo y días de trabajo, la obra que hizo que sus manos se llenaran de experiencia, creador de sentimientos con sólo el trazo de un color.

La silueta de su cuadro es el de una mujer con una mirada seca, sin emitir sentimiento alguno, un rostro lleno de seriedad pero pintado con figuras conectadas entre sí, eres la expresión de un corazón lleno de palabras y amor, la jaula del artista es tan rara como su pintura, en su jaula se desenvuelve como una bailarina de ballet a mitad de su acto estelar, tan pura y tan delicada, sus sentimientos son como un pedazo de acero fundido y depende del fuego apasionado que brota por su sangre para que ese acero sea moldeado, y así fue, así fue como el artísta tomó tu recuerdo y lo lleno de pasión para hacer los trazos que nadie se atrevería a hacer y decir lo que nadie se atrevió a hablar en el pasado.

Se requieren años para que su pintura sea apreciada con los ojos que el autor lo ve, quizás no le toque ver la gloria que provocará su cuadro en su corta vida, quizá tenga que pasar un siglo para que su nombre sea escrito en el libro de la historia, pero el artísta sin embargo, sigue pintando.

Nelson Q.