Reencuentro.

Se detuvo, mi corazón se detuvo.

Al verte a lo lejos después de tanto tiempo,

la tristeza no tiene lugar dentro de mi,

regresan los colores, huele a primavera,

todas las hojas son del viento.

Luz propia salía de tu cuerpo

corriendo como potro salvaje hacia mi,

el aura misma de tu sexo

me eleva casi hasta la muerte,

pero la alegría me salva de morir.

Maldita falta de valor para ir a hablarle,

siendo usted una mujer tan buena,

en su mirar siempre veo luz singular

y me ilusiona que sus ojos tiemblen por mi.

Se piadosa con mi amor.

Como la noche me encuentro,

cada que te vas, se va la luz,

llego a mi rincón y comienza el conteo

para volverte a ver, quedarme junto a tí.

Que alegría y dicha me has provocado,

no puedo esperar un segundo más 

para volverte a ver y siempre estar,

volverte a tocar y volver a soñar.

Lo fuerte del poder de un abrazo.

Nelson Q.