Entre veredas.

Largas y verdes veredas, subir y bajar,

carruseles con caballos de colores que te pasean,

te contonean y agitan la tranquilidad del alma al parpadear,

la conclusión del libro que rectifica los errores del pasado, balbucean. 

El viento es fuerte y mueve cada uno de los cabellos,

el caballete apunta al poniente para dibujar al sol entre los verdes paisajes,

con sus colores, sus animales, las sensación de subirse a los caballos

y olvidar las penas y preocupaciones que cubren con su ropa los lunares.

El cielo, como zafiro, refleja una sonrisa en la alborada,

con mi paleta de colores copié la esencia del paisaje y una mirada,

esa que nos da paz, sigo la corazonada,

de seguir un ideal y ser un hombre de la suerte.

Dormir aquí, comer soñando, sin despedirse,

cantar con el primer rayo de luz

y sentirse derrotado por tanto rezar bajo la luz de la luna,

eso nos hace más fuertes, nos hace volar sobre la tormenta.

¿Qué más puedes pedirle a dios?.

Nelson Q.