Un triste poema.

La nube muerta viene con el viento ovidado por el destino.
Ahí estaba yo, llorando por amor con una flor de olvido,
la lluvia lloraba conmigo y sin hacer ruido fue mi unico amigo,
desenfundé mis brazos para arrancar lo que me quedó de corazón.

Los suspiros se volvian mas largos y mi tristeza más negra,
mi obra de arte me rompió y se volvía más bella,
mujer, tu sonrisa envenenó la botella de vino
y yo inocente la bebí toda a lo largo del camino.

Cuando finalmente vi tu sombra absorber mi aire
sin pensarlo busqué un bosque para seguirte dando,
alimentar de oxigeno tu fuego y ver la llama eterna
que mi amor por ti jamás detendría.

Mis ojos son cristales de otro mundo
y tu eres belleza de ese lugar,
no he visto paisajes tan bellos
como el de tu piel y tu lunar.

Por eso corrí buscando asilo, me perdí en este vacío,
llegué aquí llorando el presente 
& con mis manos tristes por tantos poemas que para conquistarte 
quedaron olvidados bajo las estrellas al pie de mi ventana.

Después de todos estos años me doy cuenta
que has sido la llave y mi promesa,
inadvertido corría por la vida
sobre la dulce niña que en sus manos me tenía.

Quisiera saberlo, muero y me asfixio,
que por tus besos soy mendigo y por tus ojos religioso
pues me atrevo a decir que son prueba de dios,
y como la vida es una broma, te quiero cada día más.

Maldita y bendita seas, Ale.

Nelson Q.

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